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PROYECCION(ES)
LA BUSQUEDA DEL CUERPO AUSENTE

                                Los arquitectos -al igual que los poetas, los ingenieros, los directores de cine o los compositores- sufren un desplazamiento respecto de la realidad material de su disciplina y, en consecuencia, se ven obligados a recurrir, en su trabajo, a sistemas de notación. En el caso particular de la arquitectura los dibujos son los medios de evasión, los subterfugios y trucos por medio de los cuales poder superar este vacío interpuesto.

La leyenda clásica del origen del dibujo -según la narración de Plinio- estaba ya inmersa en una economía de ausencia y deseo: Diboutades, hija de un alfarero corintio, traza con un carboncillo sobre la roca la sombra arrojada por la cabeza de su amante antes de que este partiera de viaje. El dibujo se transforma en el síntoma de la ausencia del amante, permaneciendo como instante y como sustituto, como recordatorio de una presencia perdida. Pero aún hay más: incluso en el momento de su trazado, Diboutades no se guía por el perfil del cuerpo del amante sino por el contorno de su sombra -una proyección abstracta, una premonición bidimensional de un cuerpo que pronto se encontrará ausente.

                                                                           


Figura 3.   Allan, “El origen de la pintura”, 1773.     
















Figura 4  Karl F. Schinkel, “El origen de la pintura”, 1830


Afirmar que, en esta historia, la proyección es un elemento fundamental sería apuntar lo evidente. Más interesante es preguntarse sobre el tipo de proyección. En un intento de contestar a esta pregunta, Robin Evans (1) compara las versiones de dos artistas neoclásicos, uno exclusivamente pintor, el otro más conocido como arquitecto, destacando dos diferencias importantes.

Significativamente, el arquitecto eligió, no un interior arquitectónico para su reconstrucción del evento, sino una escena con pastores y pastoras. En lugar de la trabajada superficie de piedra, una roca al natural. En lugar de la lámpara, la luz del sol.

Ambas pinturas muestran el dibujo como una proyección, y ambas muestran claramente la obligada combinación de elementos: una fuente de luz, un sujeto sobre el cual incide, una superficie detrás del sujeto, y algo con lo cual calcar.

Schinkel, muestra lo mínimo posible del artificio material necesario.
Para Allan los dispositivos de la civilización ya estaban en su lugar, proveyendo las circunstancias necesarias para este accesorio tardío, encantado y reflectivo.

Schinkel muestra el artificio de una estructura social de deferencia ya organizada, en la cual también se expresa la distinción entre pensamiento y trabajo, ausente del entorno más íntimo pintado por Allan.

En la versión de Schinkel el dibujo precede al edificio, en la de Allan se sigue de él.

De los dos, fue el arquitecto quien se vio obligado a mostrar el primer dibujo en una puesta prearquitectónica, porque sin dibujo no podría haber arquitectura, al menos no la arquitectura clásica, construida sobre líneas de definición geométrica.

En la obra de Schinkel, dibujar es, desde el principio, una actividad dividida, que incluye un acto previo de pensamiento y la consecuente realización manual, que la llegada de la arquitectura vendría a duplicar, en una escala mucho mayor, como la diferencia entre el diseño y la construcción. En esta instancia es el hombre el que sirve a la mujer: ella concibe, él hace.

La forma de iluminación es igualmente importante para el diagnóstico.
Allan usa una lámpara, esto es, una fuente de luz local, puntual, que emana rayos divergentes. Schinkel usa el sol, esto es, una fuente tan remota que sus rayos deben ser considerados paralelos entre sí, continuando más allá de la tierra.
Los dos tipos de luz se corresponden con dos tipos de proyección: la que se basa en líneas de proyección divergentes, que jugó un papel crucial en la pintura a través del desarrollo de la perspectiva; y la proyección paralela, basada en líneas de proyección paralelas.

La versión del pintor es menos remota, más íntima, menos diferenciada; la del arquitecto más remota, pública, insistente en la diferenciación.

La diferencia más notable de todas, sin embargo, sólo está registrada de una manera indirecta en las dos pinturas. Esto tiene que ver con el motivo de la obra del artista.

En pintura, hasta bien entrado el siglo XX, el tema era siempre, como en la historia de Diboutades, extraído de la naturaleza. Se considera que el objeto, o algo parecido a él, existe antes de la representación. Esto no es cierto con respecto a la arquitectura, que es traída a la existencia a través del dibujo. El objeto (el edificio o el espacio) existirá ‘después’ del dibujo, y no antes.

Para Evans, el dibujo, en arquitectura, no es realizado a partir de la naturaleza, sino antes de la construcción; no es producido tanto por la reflexión sobre la realidad fuera del dibujo, sino que producirá una realidad que terminará siéndole exterior.

El dibujo está marcado con el signo de la ausencia: su función no es anterior sino inmanente. El dibujo como objeto, al igual que la partitura musical, desaparece en el momento de su ejecución. No es un sistema de correspondencias, si no uno de diferencias, lo que hace posible las traslaciones entre dibujo y edificio.
El contenido y la lógica del dibujo se oponen a los recursos de la construcción. Si los dibujos son índices inmateriales e incorpóreos de ausencia, la construcción parece estar caracterizada por la presencia y la rotundidad. Sin embargo el ejercicio de la arquitectura evita la fácil caracterización del dibujo como el ámbito de la ausencia y el edificio como el ámbito de la presencia. La ausencia implica pureza; el dibujo arquitectónico es fundamentalmente impuro. Lleva consigo una sombra que se traduce por medio de la escala como la huella del autor.

Stan Allen.
“Entre el dibujo y la edificación”, CIRCO M.R.T. Coop. Rios Rosas n. 11, esc. A, piso 6, 28003 MADRID. Editado por: Luis M. Mansilla, Luis Rojo y Emilio Tuñón

(1) Robin Evans, "Translations between drawing and building", AA files 12, London, 1986.



texto sugerido por vicky